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¡Anda que andarás! Corría
sin detenerse el carruaje:
vivo el sol resplandecía,
y animación y alegría
daba al hermoso paisaje.
Iba yo triste y mohíno,
recordando de contino
a mi dulce amor ausente:
tres fantasmas, de repente,
me salieron al camino.
Al pasar, me saludaron,
y horribles muecas hicieron,
y los brazos levantaron,
y gimieron y silbaron,
y a lo lejos se perdieron.
¡Anda que andarás! Corría
sin detenerse el carruaje:
vivo el sol resplandecía,
y animación y alegría
daba al hermoso paisaje.
Iba yo triste y mohíno,
recordando de contino
a mi dulce amor ausente:
tres fantasmas, de repente,
me salieron al camino.
Al pasar, me saludaron,
y horribles muecas hicieron,
y los brazos levantaron,
y gimieron y silbaron,
y a lo lejos se perdieron.