poema: Salmo XXIII de Francisco de Quevedo
¿Alégrate, Señor, el Ruido ronco
deste Recibimiento que miramos?
Pues mira que hoy, mi Dios, te dan los Ramos
por darte el Viernes más desnudo el tronco.
Hoy te reciben con los Ramos bellos;
aplauso sospechoso, si se advierte;
pues de aquí a poco, para darte muerte,
te irán con armas a buscar entre ellos.
Y porque la malicia más se arguya
de nación a su Propio Rey tirana,
hoy te ofrecen sus capas, y mañana
suertes verás echar sobre la tuya.
poema de Francisco de Quevedo