Renato Leduc (1897-1986) Anadyomena

bellas piernas de mujer

Patricia displicencia con que cruzas
la maravilla doble de tus piernas.
Torno a la beatitud contemplativa
de mis ancestros, cuando te contemplo,
y en tu hiperbórea doncellez presiente
augustas lejanías,
Anadyomena.

Sólo un dios inmortal o una bestia
podrá enfangar o sublimar tu carne.
va girando la noche. En mi penuria,
te ofrezco la sortija de Saturno;
y la cauda nupcial de los cometas;
y el joyel deslumbrante
de las constelaciones gigantescas...

Y pregunto a Heráclito y Omar,
padres de mi desesperanza:
el viento que rizó su cabellera,
el agua que besó su desnudez,
¿quién me puede decir dónde está?
Patricia displicencia con que cruzas
la maravilla doble de tus piernas.
Porque me sabes a tu arbitrio abusas;
porque conoces tu poder, me infiernas.
Va girando la noche.
Y la deslumbrante secular del sexo
clama por ti. -Hoy como siempre
las estrellas -heteras tremulantes-
dejan caer su guiño a los mortales.

Hoy, como siempre,
tu jactanciosa excelsitud me insulfa
posibilidades, po~si~bi~li~da~des.